estresantes .
El estrés es responsable de un gran número de enfermedades tanto físicas como emocionales.
Cuando percibimos una amenaza, nos ponemos inmediatamente en alerta.
Entramos en un estado agudo de anticipación, a la espera de que nos ocurra algo potencialmente perjudicial. psicológico o emocional.Esta clase de estrés es necesaria, nos permite reaccionar, sobrevivir .
Estamos sometidos a tres categorías de estrés : físico, químico, emocional o psicológico.
1- El estrés físico incluye sucesos como un accidente de coche, una caída, una lesión debida al ejercicio excesivo y la exposición a duras condiciones medioambientales, como el frío o el calor extremos, la falta de sueño o la escasez de comida o agua.
2- El estrés químico es una preocupación cada vez más frecuente para mucha gente de hoy en día. En nuestro entorno, nos vemos expuestos a una multitud de toxinas, alérgenos, agentes contaminantes y muchos otros agentes estresantes químicos.
3- El estrés emocional o psicológico incluye la preocupación por el tiempo, el dinero, la carrera y la pérdida de un ser querido.
Cuando nos vemos expuestos a cualquiera de estas tres categorías de estrés, el cuerpo responde a cada tipo de la misma manera exactamente, los humanos percibimos como agente estresantes no sólo las amenazas físicas, sino también una multitud de experiencias complejas que podemos clasificar como psicológicas o emocionales: fecha de entrega límite, problemas con el coche, altercados con los compañeros de trabajo o con el jefe y los problemas económicos y de familia, por nombrar unas cuantas. Estas amenazas no físicas son tan potencialmente peligrosas para nuestra supervivencia como las físicas. La diferencia reside en que las amenazas no físicas a las que nos enfrentamos son más complejas y no pueden controlarse con la reacción de huída o lucha.
Tendemos a vivir situaciones de estrés crónico, nos vemos a diario sometidos a factores estresantes, tanto físicos como químico o emocionales, nos preocupamos, anticipamos, razonamos, ocultamos, racionalizamos y transigimos en determinadas ocasiones.
Podemos activar la respuesta al estrés sin que el agente estresante esté presente ( con pensamiento). En otras palabras el mero hecho de pensar en el agente estresante origina la misma respuesta al estrés . Esto es lo que comienza a crear el resultado más perjudicial, el estrés crónico .
Síntomas del estrés crónico:
El corazón en un puño:
El estrés aumenta la presión sanguínea y aumentará el ritmo cardíaco, que hará que el corazón lata más rápido. Aumenta los niveles de glucosa mediante la alteración del rendimiento del páncreas, del hígado y del mecanismo de almacenamiento de grasa en las células .El aumento de los niveles de glucosa como consecuencia del estrés crónico disminuye la insulina, lo que puede provocar la aparición de diabetes en adultos y de obesidad .
La digestión se ve afectada, úlceras, hernias de hiato, estreñimiento o síndrome de colon irritable.
Cuando estamos estresados el cuerpo traslada el flujo sanguíneo desde el tracto digestivo hasta las extremidades. Aunque comamos de forma saludable el problema está en que tenemos la mentalidad equivocada, eso en combinación con la ausencia del debido aporte en los órganos que se encargan de la digestión, significa que no digerimos los alimentos de manera adecuada.
No asimilamos la comida y de ahí que nuestro cuerpo no posea ni la energía ni el aporte sanguíneo que hace falta para digerir correctamente.
Cuando los problemas nos agobian, la tensión suele acumularse en algunas zonas del cuerpo, ocasionando contracturas musculares que, a su vez, provocan dolor, estimulan la irritabilidad y afectan nuestra postura.
Para tratar de aliviar estas dolencias y proporcionar un mejor estilo de vida nace la quiropráctica. Más que una ciencia, es una filosofía de la salud que se basa en el estudio de la columna vertebral y su relación con el sistema nervioso y los problemas que los aquejan.
Al detectar, corregir y prevenir las subluxaciones o huesos desalineados de la columna cuya presión en los nervios es la causante del dolor, se estimulan otras zonas del cuerpo, llegando a producir una sensación de bienestar integral a corto y largo plazo.
Para ello no hacen falta inyecciones ni otros procedimientos que impliquen el uso de sustancias químicas. El médico trata a cada paciente a través de ajustes quiroprácticos sobre la espalda, cuello, piernas, pies, cara y brazos.
Haciendo que la columna funcione correctamente, se puede regular la energía, estados de ánimo. A nivel físico, se alivia el cansancio, la rigidez muscular y hasta dolores de cabeza, lo cual permite solucionar los problemas de sueño.
Pero lo más importante es que gozando de una buena postura se puede prevenir molestias futuras y obtener una seguridad al realizar nuestras actividades diarias, que también nos hace más atractivos.
El estrés es responsable de un gran número de enfermedades tanto físicas como emocionales.
Cuando percibimos una amenaza, nos ponemos inmediatamente en alerta.
Entramos en un estado agudo de anticipación, a la espera de que nos ocurra algo potencialmente perjudicial. psicológico o emocional.Esta clase de estrés es necesaria, nos permite reaccionar, sobrevivir .
Estamos sometidos a tres categorías de estrés : físico, químico, emocional o psicológico.
1- El estrés físico incluye sucesos como un accidente de coche, una caída, una lesión debida al ejercicio excesivo y la exposición a duras condiciones medioambientales, como el frío o el calor extremos, la falta de sueño o la escasez de comida o agua.
2- El estrés químico es una preocupación cada vez más frecuente para mucha gente de hoy en día. En nuestro entorno, nos vemos expuestos a una multitud de toxinas, alérgenos, agentes contaminantes y muchos otros agentes estresantes químicos.
3- El estrés emocional o psicológico incluye la preocupación por el tiempo, el dinero, la carrera y la pérdida de un ser querido.
Cuando nos vemos expuestos a cualquiera de estas tres categorías de estrés, el cuerpo responde a cada tipo de la misma manera exactamente, los humanos percibimos como agente estresantes no sólo las amenazas físicas, sino también una multitud de experiencias complejas que podemos clasificar como psicológicas o emocionales: fecha de entrega límite, problemas con el coche, altercados con los compañeros de trabajo o con el jefe y los problemas económicos y de familia, por nombrar unas cuantas. Estas amenazas no físicas son tan potencialmente peligrosas para nuestra supervivencia como las físicas. La diferencia reside en que las amenazas no físicas a las que nos enfrentamos son más complejas y no pueden controlarse con la reacción de huída o lucha.
Tendemos a vivir situaciones de estrés crónico, nos vemos a diario sometidos a factores estresantes, tanto físicos como químico o emocionales, nos preocupamos, anticipamos, razonamos, ocultamos, racionalizamos y transigimos en determinadas ocasiones.
Podemos activar la respuesta al estrés sin que el agente estresante esté presente ( con pensamiento). En otras palabras el mero hecho de pensar en el agente estresante origina la misma respuesta al estrés . Esto es lo que comienza a crear el resultado más perjudicial, el estrés crónico .
Síntomas del estrés crónico:
El corazón en un puño:
El estrés aumenta la presión sanguínea y aumentará el ritmo cardíaco, que hará que el corazón lata más rápido. Aumenta los niveles de glucosa mediante la alteración del rendimiento del páncreas, del hígado y del mecanismo de almacenamiento de grasa en las células .El aumento de los niveles de glucosa como consecuencia del estrés crónico disminuye la insulina, lo que puede provocar la aparición de diabetes en adultos y de obesidad .
La digestión se ve afectada, úlceras, hernias de hiato, estreñimiento o síndrome de colon irritable.
Cuando estamos estresados el cuerpo traslada el flujo sanguíneo desde el tracto digestivo hasta las extremidades. Aunque comamos de forma saludable el problema está en que tenemos la mentalidad equivocada, eso en combinación con la ausencia del debido aporte en los órganos que se encargan de la digestión, significa que no digerimos los alimentos de manera adecuada.
No asimilamos la comida y de ahí que nuestro cuerpo no posea ni la energía ni el aporte sanguíneo que hace falta para digerir correctamente.
Cuando los problemas nos agobian, la tensión suele acumularse en algunas zonas del cuerpo, ocasionando contracturas musculares que, a su vez, provocan dolor, estimulan la irritabilidad y afectan nuestra postura.
Para tratar de aliviar estas dolencias y proporcionar un mejor estilo de vida nace la quiropráctica. Más que una ciencia, es una filosofía de la salud que se basa en el estudio de la columna vertebral y su relación con el sistema nervioso y los problemas que los aquejan.
Al detectar, corregir y prevenir las subluxaciones o huesos desalineados de la columna cuya presión en los nervios es la causante del dolor, se estimulan otras zonas del cuerpo, llegando a producir una sensación de bienestar integral a corto y largo plazo.
Para ello no hacen falta inyecciones ni otros procedimientos que impliquen el uso de sustancias químicas. El médico trata a cada paciente a través de ajustes quiroprácticos sobre la espalda, cuello, piernas, pies, cara y brazos.
Haciendo que la columna funcione correctamente, se puede regular la energía, estados de ánimo. A nivel físico, se alivia el cansancio, la rigidez muscular y hasta dolores de cabeza, lo cual permite solucionar los problemas de sueño.
Pero lo más importante es que gozando de una buena postura se puede prevenir molestias futuras y obtener una seguridad al realizar nuestras actividades diarias, que también nos hace más atractivos.
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